En el corazón de una bulliciosa Barcelona, donde los edificios se alzaban como torres de ingenio y la innovación florecía en cada esquina, se celebraba un año más la mágica Diada de Sant Jordi. Las calles se teñían de rojo con miles de rosas, y las librerías rebosaban historias esperando ser descubiertas.
En este día tan especial, un joven inventor, conocido por su mente inquieta y sus ideas revolucionarias, paseaba por el centro. Llevaba consigo una hermosa rosa para su estimada amiga, una brillante diseñadora industrial cuyo talento daba forma a los sueños.
Ella había encontrado un libro muy especial para él. No era una novela de caballerías ni un poemario, sino un compendio de los más fascinantes inventos de la historia. Sabía que a él le inspiraría tanto como a ella la belleza de un diseño innovador.
Mientras él la buscaba, se topó con una escena peculiar. Un pequeño robot de un verde vibrante, acompañado de un dragón con simpáticos ojos saltones, parecían custodiar algo precioso. Al acercarse, vio que el robot estaba sentado en un bonito libro junto al envoltorio de una rosa de terciopelo rojo intenso.
—¡Qué curiosa pareja!—, pensó, recordando la leyenda de Sant Jordi y el temible dragón. Sonrió al ver la etiqueta adherida al juguete: “Marqués & Ferrer” —.
En ese instante, ella apareció, radiante como siempre. Al ver la rosa en manos de él, sus ojos brillaron. Él le entregó la flor con una sonrisa afectuosa.
—Feliz Sant Jordi.—.
Ella cogió la rosa con gratitud y le ofreció el libro, diciéndole: —Espero que este libro encienda aún más tu imaginación —.
Mientras caminaban juntos, él le contó sobre el peculiar robot que había encontrado. —Parecía un guardián de la rosa, ¿verdad? Me recordó a la importancia de proteger nuestras invenciones y creaciones, porque son tesoros valiosos —.
Ella asintió. —Así es. Igual que Sant Jordi protegió a la princesa, Marqués & Ferrer ayuda a proteger las creaciones de mentes como la tuya y la mía. Una patente es como esa lanza que defiende una invención, y una marca, como el escudo que la distingue.
La tarde avanzó entre el bullicio festivo. En cada rosa y en cada libro latía una historia de valentía, creatividad y amparo. Y en ese pequeño robot con su dragón verde, encontraron un divertido recordatorio de la importante labor de Marqués & Ferrer en la defensa de las ideas que dan forma al futuro.